De copas

Erase una vez, un hombre, que después de realizar un esfuerzo descomunal para realizar su mejor tiempo en carreras de 10 kms, se encontraba junto a su mujer realizando compras en un supermercado y de pronto recibió un mensaje de texto, desde otro celular desconocido. "Andás volando loco!!! Vo quiero entrenar en serio, no se si estás saliendo en grupo o no. Pero si tenés ganas y no te jorobo en tu entrenamiento, por ahi podemos arrancar....". El 11 de noviembre del 2007 comenzó a gestarse esta criatura... El Calambre.
Con el paso de las semanas, la criatura comenzó a dar sus primeros pasos y aparecieron los sueños. Se propuso correr 21 kms. Una locura!!! Al principio dudó de sus fuerzas, de su energía e intentó despertarse, cortar ese sueño. Pero no pudo. La criatura ya estaba gestada, ya daba sus primeros pasos y se sintió firme. La San Felipe y Stgo fue sencilla, la Doble San Antonio fue un juego de niños y así sucesivamente con todas las carreras que participó hasta que caminó sóla. Ya sin ayuda. Ya soltada de las manos. Ya no había marcha atrás. El sueño, ya fue una obsesión. Y poco a poco se fue agrandando. No sólo en sueños, sino en objetivos cumplidos. Otro día soñó tener su propia ropa (llámese camiseta) y la tuvo. También eligió varios modelos, según para la época del año que necesitara vestirse de gala.
Y cuando se menos lo esperó se hizo grande muy grande. Y un día miró por el espejo hacia atrás y vio que ya no estaba sola, que muchos la seguían (más de 30 camisetas en 3 modelos diferentes) y se dio cuenta de su buen gusto para vestirse (la mejor camiseta de corredores según el propio diseñador de la empresa que la confeccionó). Pero no sólo se preocupó por vestirse, sino que diseñó sus primeros juguetes (imanes y posavasos).
Y con el tiempo creció y creció y comprobó que los sueños se hacen realidad. Los 21 kms fueron un trámite, duro difícil, pero terminó de festejos.
En otras de sus noches, soñó que en alguna carrera ganaría alguna copa.... y llegó. Justo en el mes que se levantan las copas para brindar, dónde se hace el balance, y se mira por el espejo hacia atrás para ver qué sucedió en este año. Y la llenó de alchool, para demostrarse que vivir es esto. Mezclar, variar, pero con balance y equilibrio. Que hay lugar para todo. Reir, sufrir, transpirar, gozar y por qué no levantar la copa.... llena de alchool.
Felicidades, la criatura ya es grande, muy grande. Corre, rie, festeja y vive feliz, porque sabe que los músculos que realmente deben de estar bien entrenados son los de la mente, y esos están mejor que nunca...

Correr y algo más

"La vida es correr...", rezan algunos adictos. No es el caso de los integrantes de El Calambre. Hay que divertirse, no perderse cumpleaños ni fiestas, pero siempre con la cuota (aunque sea chiquita) de responsabilidad. Cuidar el físico. Si, obvio. Pero los mismos médicos aconsejan "una copa de vino hace bien para el corazón". Entonces, si al corazón lo hace feliz un poco de vino, ¿por qué verlo triste?
Por otro lado, pertenecer a El Calambre fue, es y será una seguidilla de desafíos, de ir más allá de lo que el cuerpo estaba acostumbrado. De romper barreras, de decirse a uno mismo se puede... si se puede!!!
Felicitaciones Elliot, no sólo estás bajando tus marcas, sino que rompiste la lógica..... correr es como la vida, la dirección y el camino lo selecciona cada uno.