CORREDOR MENTAL

"Dejá Elliot... qué vas a corer 21 kmts...!" Durante las últimas semanas fue la frase que más escuchó de sus amigos, compañeros de trabajo y hasta del portero de su edificio. Pero él tenía muy en claro sus objetivos. Sabía que podía. SAbía que si su mente estaba entrenada, las piernas acompañarían, no lo dejarían a pie. Y así fue.
Viajó hacia Punta del Este muy tranquilo. Realizó los ejercicios de calentamiento pensando que era un día más de entrenamiento, una carrera más. Sólo pensó en que tenía que cumplir con su objetivo. Que debía derrocar a todos esos pensamientos de sus allegados que no creían posible tal conquista, en alguien cómo Elliot, que hasta hace muy poco sólo corría hasta el baño cuando las circunstancias se lo pedían.
Corrió los primeros kilómetros sin problemas, pensando en que estaba cada vez más cerca de su objetivo. Y cuando en la mitad de la carrera sus piernas quisieron ir a la playa a tomar un poco de sol y a refrescarse, ahí fue dónde su mente comenzó a trabajar. Agarró las riendas de ese metro y pico...casi llegando a dos. Reordenó las piernas, corazón, brazos...y cuando meno se lo esperó cruzó la meta.
¿Algo inédito? Para nada. Todo lo que Elliot se proponga lo va a cumplir, porque si su mente está bien entrenada, las piernas nunca lo dejarán a pie